2 %



Nunca fue buena para los números, pero tampoco mala en la escuela. Deje de ser niña buena cuando decidí hacerlo. No me fio en estadisticas y en engañosos porcentajes. El sentido común, el menos común de los sentidos suele decirme que hacer. Quizá al igual que mi brujula, mi sentido del tiempo y del ahorro, está también descompuesto.


Lo que va a servirte para la vida... Aprende eso. Alguien alguna vez me lo dijo. Quizá debería recordarlo para correr a reclamarle el mal consejo. También debería empezar a apuntar las cosas que me dicen y quienes lo hacen. Sólo para no olvidar ningún detalle.

Ciencias exactas y números, son iguales en todos lados. Si es que hay un lenguaje común en el mundo, ese es el de las matemáticas. En todos lados es lo mismo, aquí, en China, en la cochinchina 1+1 = 2

2% de probabilidades, de margen de error, para dar gracias de poder verte. Cuando el momento llegue, estaré esperándote. 98% de seguridad. A mí me tocó ser victima del 2%

Por lo menos puedo estar segura de algo, de que quiero verte. Quiero tocarte, ver tu rostro y poder confiar que vamos a estar juntos para siempre. Por momentos no puedo esperar y tengo que tener paciencia. No conozco mucho de eso, siempre he vivido muy de prisa.





Tiempo al tiempo, hay un momento para todo. Un momento para nacer y otro para vivir. Este es mi momento de esperar por un 2% que me hizo increiblemente feliz. Aún faltan varios meses.

No importa, hoy en día, no me quejo.




| Buenas noches tristeza |


Cuando me di cuenta que no tenía hacia quien voltear a mirar, supongo que ya era tarde. Si el tiempo no vuelve, yo tampoco tengo a donde regresar. El camino se perdió por ahí, cuando doblé una esquina, cuando crucé la avenida. Ahora mismo, de pie no sé hacia donde andar. Sólo que no me puedo detener.

Perdido y encontrado.

Hacia donde me lleven los pies, el viento, el camino. Las voces que oigo, las sombras que persigo. Si alguna vez llego a mi destino, será porque no tengo a donde volver con las manos vacias. Si no hay otra salida, entonces usaré una ventana.

La vez siguiente tumbar la puerta. Con las manos, con las piernas, aunque mi cuerpo esta agotado. Cuando ya no me queden fuerzas, entonces tendré que inventarme algo nuevo. Un lugar a donde llegar, seguir avanzando aunque me tenga que colgar de los talones de alguien más.

Cuando me siento triste y luego me levanto. Porque ya me olvidé como detenerme. Encuentro el camino, pero me vuelvo a perder en la calle sin luz. Recobro el sentido, pero una calle maliciosa me volvió a arrebatar.

Y sigo andando.

Se hizo de noche, cuando abrí los ojos. En un momento ya se fue el día y el reloj me dio la hora. Tu me diste la bienvenida.

Buenas noches, porque al final sólo tu me quedas.